La crisis ambiental y la conciencia sobre ella es cada vez más evidente, las empresas y organizaciones enfrentan el reto de adoptar prácticas que minimicen su impacto sobre el medio ambiente.
Dos enfoques fundamentales para lograr este objetivo son: la economía circular y las compras sostenibles. La economía circular es un enfoque económico que busca minimizar el desperdicio y hacer un uso más eficiente de los recursos, propone transformar el actual modelo de producción lineal mediante la reutilización, el reciclaje y la extensión del ciclo de vida de los productos, mientras que las compras sostenibles aseguran que los bienes y servicios adquiridos generen beneficios ambientales, sociales y económicos a largo plazo.
Colombia puntea entre los países de Latinoamérica en la implementación de políticas de economía circular y gestión posconsumo. En el 2019 se lanzó la “Estrategia Nacional de Economía Circular”, que tiene como objetivo transformar los modelos de producción y consumo en sectores clave como plásticos, textiles, agroindustria y construcción, alineando esta estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU
SECTORES ECONOMICOS EN COLOMBIA
El sector de hidrocarburos ha sido pionero para fomentar modelos de circularidad en donde buscan promover una producción y consumo más sostenibles, regenerando los sistemas naturales y minimizando el uso de recursos, residuos y emisiones.
El sector de los plásticos ha sido uno de los más activos en la implementación de prácticas circulares, con iniciativas para reducir el uso de plásticos de un solo uso y aumentar las tasas de reciclaje.
El sector agrícola está adoptando prácticas de economía circular para reducir el desperdicio de alimentos y reutilizar subproductos
La creación de sinergias entre grupos de interés y la colaboración entre empresas se ha vuelto fundamental para maximizar los beneficios compartidos.
Al trabajar en conjunto, las empresas pueden reducir costos mediante el intercambio de materiales reciclados, el acceso a tecnologías limpias y la adopción de buenas prácticas, todo ello con un impacto positivo en el medio ambiente. Esta colaboración no solo fortalece las cadenas de suministro, sino que también impulsa un modelo económico más resiliente y competitivo, basado en el apoyo mutuo y el compromiso con un futuro sostenible.
DESAFÍOS
- Costos iniciales
- Resistencia al cambio
- Comportamiento del consumidor
- La colaboración entre el sector privado y público
Los costos iniciales, para obtener diagnósticos e información como: análisis de flujos de agua, de materiales y energía son un reto inicial, porque implica tener un presupuesto ambiental para iniciar las transformaciones. Este obstáculo se da especialmente para las pequeñas y medianas empresas, que tienen menos recursos financieros.
La resistencia al cambio, adoptar nuevas prácticas suele desmotivar en el alcance al largo plazo de los objetivos y los beneficios económicos de estas implementaciones en economía circular y compras sostenibles.
La colaboración entre el sector privado y público, crear sinergias exitosas entre empresas, proveedores y grupos de interés. La competencia tradicional puede entorpecer el proceso colaborativo para llegar a soluciones conjuntas.
Comportamiento del consumidor, a pesar de la creciente conciencia ambiental, las empresas aun afrentan el desafío de alinear sus prácticas circulares con las expectativas y hábitos de consumo de los clientes, ya que, lo común es que sean soluciones rápidas y económicas sin importar el impacto que generen.
A pesar de estos desafíos, es imprescindible que las empresas se cuestionen e incorporen prácticas ambientales para buscar ser competitivas y responsables en el futuro cercano.
Los beneficios al largo plazo como la reducción de costos operativos, acceso a nuevos mercados, la mejora de la reputación corporativa y el cumplimiento de la normatividad ambiental hacen que la transición sea atractiva y necesaria.
Además, el mundo se está volviendo más exigente y solicitan que las empresas actúen ahora para garantizar un mundo viable en el largo plazo y un uso eficiente de los recursos.